José Martí: humanista de tres siglos

Santa Clara, ene.-abr.

 

ENTREVISTA

 

 

José Martí: humanista de tres siglos

 

José Martí: A three centuries humanist

 

 

Edgar Francisco Romero Monteagudo

Doctor en Pedagogía. Máster en Ciencias Psicológicas. Psicólogo Clínico. Especialista en Psicología de la Salud. Profesor Titular y Consultante. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba.

Entrevistadora. Lic. Blanca Rosa Pérez Obregón. Presidenta de los Clubes Martianos de la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara.


Palabras clave: José Martí, humanismo, valores ético-morales.
Key words: José Martí, humanism, moral-ethic values.

 

En homenaje al 158 aniversario del natalicio de nuestro Héroe Nacional, el consejo editorial de la revista EDUMECENTRO realiza la siguiente entrevista al Dr. Edgar Francisco Romero Monteagudo, Profesor Titular y Consultante de la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara quien es un profundo estudioso de la obra martiana y paradigma vivo de su ética.

Currículo

Dr. Edgar Francisco Romero Monteagudo

  • Psicólogo clínico. Master en Psicología Médica. Doctor en Pedagogía otorgado por la Universidad de La Habana. Especialista en Psicología de la Salud. Diplomado en Metodología de la Educación Médica. (República Checa). Diplomado en Psicoterapia (República Checa).
  • Experiencia Docente: 54 años. Experiencia en Educación Superior: 47 años; 39 de ellos en la educación médica superior.
  • Ex profesor Auxiliar y Jefe del Departamento de Psicología Clínica hasta 1971 de la Facultad de Psicología de la Universidad Central de Las Villas.
  • Profesor Titular de la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara desde 1984. Ha sido Asesor Metodológico del Vicerrectorado Docente durante 23 años. Profesor Titular Consultante desde el año 2001.
  • Fue Presidente de la Sociedad Científica de Psicología de la Salud en la Filial Villa Clara, desde 1975 a 1995 y Presidente de la Sociedad Científica de Educadores en Ciencias de la Salud desde 1995 hasta 2005, y actualmente es Miembro de Honor de dicha sociedad y Presidente de Honor de la Cátedra de Pedagogía de la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Ha organizado y desarrollado eventos científicos en ambas especialidades.
    Ha impartido cursos de posgrado y entrenamientos de Pedagogía de la Educación Médica Superior, Psicología Médica, Psicopatología y Psicofarmacología. Es miembro del Comité Académico de tres maestrías y profesor de ellas. Es profesor invitado de la Universidad de La Salle, en México DF.
  • Ha participado en 13 congresos internacionales de su especialidad y en 36 publicaciones científicas relacionadas con la Pedagogía, Psicología y Bioética. Es miembro de las Cátedras de Bioética y Martiana; en esta última fue su Vicepresidente y en ocasión del sesquicentenario del Apóstol, organizó dos eventos científicos sobre la vigencia del ideario martiano a los que tituló Martí en tres siglos, con amplia participación de los estudiantes y del profesorado.
  • Es Presidente de los tribunales de categorización docente para Profesor Auxiliar y Titular desde 1987. Ha impartido conferencias de su especialidad en las universidades de Europa del Este y en la Universidad La Salle.
  • Es Presidente del consejo de redacción de la Revista Medicentro y miembro del consejo editorial de la revista Edumecentro.

 

Preguntas y respuestas

Lic. Blanca Rosa Pérez Obregón. ¿Cómo se integran ética, humanismo y acción en la personalidad martiana?

Dr. Edgar Francisco Romero Monteagudo: Yo creo que los valores ético-morales impregnaron la estructura de la personalidad de José Martí y, por supuesto, toda su actividad. Él procedía de un hogar bien constituido y una familia muy funcional, de acuerdo con su época; tuvo el ejemplo y guía de un gran educador como fue Rafael María de Mendive, muy buenas amistades desde adolescente como Fermín Valdés Domínguez y todo ello se reflejó en su actitud revolucionaria hacia la guerra iniciada en 1868, la cual le valió el presidio político. Esto lo reflejó en su obra “El presidio político en Cuba” publicado durante su primer destierro en España, a los 19 años de edad.

Su afán de obtener mayores conocimientos humanistas hizo que terminara en el mismo año 1874, en la Universidad de Zaragoza dos carreras universitarias que estudió simultáneamente: Leyes y Filosofía y Letras.

Pero donde se evidencia más su vocación ética fue en que esta lo llevó físicamente a la muerte en combate, en la guerra necesaria que él había organizado desde 1892 a 1895.
La ética lo llevó al drama, más bien a la tragedia, del 19 de mayo de 1895.

El más grande pensador de Cuba y de Nuestra América en el siglo XIX y que llevaba en su espíritu la más alta ética humanista, fue también un hombre de acción, que había afirmado con profunda convicción “Hacer es la mejor manera de decir”.1 Había promovido y organizado una guerra y se sintió en el deber ético de ser también un combatiente activo.

Su sentido práctico además de la ética le indicaba que si había sido aclamado como Mayor General, él debía enseñar con el ejemplo, como forma de ejercer con sus ideas una influencia en aquellas semanas iniciales de la guerra de 1895, y en la futura república que concibió “Con todos y para el bien de todos”

Lic. BRPO: Considera usted que los postulados martianos expresados en el ensayo “Nuestra América”, escrito hace 120 años, siguen requiriendo la actuación del hombre latinoamericano actual?

Dr. EFRM: América Latina y la región del Caribe enfrentan hoy peligros como hace 120 años, cuando José Martí publicó en enero de 1891, primero en Nueva York y después en México, su ensayo “Nuestra América”. Además las necesidades de desarrollo de estas naciones así como las de justicia social, equidad e intercambio comercial y cultural son esencialmente similares a las que existían en aquella época.

¿Cómo Martí, desde 8 ó 10 años antes de la publicación de dicho ensayo, desde fecha tan temprana como 1883 ó 1884, supo comprender todo esto, y sobre todo, lo que le impulsó a introducirse de lleno, con gran confianza y gallarda osadía, en una pelea a todas luces descomunal para impedir el hegemonismo dominador de Estados Unidos sobre lo que él llamó Nuestra América? La respuesta a esta interrogante debe buscarse de nuevo en su eticidad; pero además en el profundo sentido de autoctonía y respeto a la cultura e identidad nacionales de Nuestra América. Él escribió: “Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas”.1

José Martí se proclamó continuador de las ideas de Bolívar, y es precisamente en la cultura de la patria latinoamericana y caribeña donde están la fuente de la gran riqueza ético moral y sociopolítica y las posibilidades de que en el siglo XXI, siguiendo las enseñanzas de este hombre del siglo XIX se encuentren soluciones a los problemas que aún existen en Latinoamérica y en el resto del mundo contemporáneo. En el periódico Patria, órgano del Partido Revolucionario Cubano, creado por él, en su artículo biográfico “Bolívar” escribió:
“Pero así está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo, sentado aún en la roca de crear, con el inca al lado y el haz de banderas a los pies; así está él, calzadas aún las botas de campaña, porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy: porque Bolívar tiene que hacer en América todavía!”.1

Nadie entendió como Martí, la sociedad norteamericana de la década de los 80 del siglo XIX, y los peligros que representaban para nuestra América y para el equilibrio del mundo las pretensiones hegemónicas de los Estados Unidos. Al respecto expresó:

“El desdén del vecino formidable, que no la conoce, es el peligro mayor de nuestra América; y urge, porque el día de la visita está próximo, que el vecino la conozca, la conozca pronto para que no la desdeñe. Por ignorancia llegaría, tal vez, a poner en ella la codicia. Por el respeto, luego que la conociese, sacaría de ella las manos”.1

La idea martiana del equilibrio del mundo y la contribución que al mismo debe hacer nuestra América al declarar “la segunda independencia” está en el centro mismo de los grandes retos que tiene el mundo en este sigo XXI. Por eso hemos dicho que Martí es un hombre de tres siglos y recordamos cómo Carlos Rafael Rodríguez lo llamó nuestro contemporáneo y compañero el 28 de enero de 1972, en una conferencia que impartió en el Aula Magna de la Universidad de la Habana, en la cual estuve presente.

Lic. BRPO: Como estudioso de la obra martiana, ¿cuál es, a su juicio, el aporte histórico que diferencia la creación del Partido Revolucionario Cubano del resto de los creados en su época?

Dr. EFRM: Como ha dicho Armando Hart en varias ocasiones, guerras de  independencia contra los poderes coloniales hubo muchas y muy heroicas en América desde la que logró la independencia de Haití en 1804, hasta las campañas de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia entre 1810 y 1824. Desde México en 1810, en América del Norte, hasta la República Argentina, e incluimos aquí la primera guerra de Cuba iniciada en 1868; pero en ninguno de estos casos, esas guerras se prepararon y orientaron por un partido revolucionario.

El Partido Revolucionario Cubano organizado por Martí en 1892 ha sido el primero creado en América y tal vez en el resto del mundo -no tengo noticias de otro igual- para organizar una guerra anticolonialista y de independencia  nacional. La novedad de este hecho histórico que hizo eclosión el 24 de febrero de 1895 hace 116 años basta de por sí para que nos aproximemos más a la trascendencia y vigencia del pensamiento martiano y la actividad de la personalidad de José Martí, que como bien lo ha llamado Héctor Hernández Pardo2 es y será luz en el siglo XXI para Cuba y el resto del mundo.


 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Valdés Galarraga R. Diccionario del pensamiento martiano. La Habana: Ciencias Sociales; 2007.
  2. Hernández Pardo H. Luz para el siglo XXI. Actualidad del pensamiento de José Martí. Madrid: Ediciones Libertarias; 2000.

 

 

Edgar Francisco Romero Monteagudo. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba. E mail: edgarrm@ucm.vcl.sld.cu



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