Santa Clara, may.-ago.
EDITORIAL
Sociedad científica y gestión del conocimiento, otra oportunidad del quehacer universitario
Scientific society and knoledge management, another opportunity of the university work
“La credibilidad y la pertinencia de la universidad del siglo XXI se harán evidentes en la medida que forjen profesionales que sean hombres y mujeres de paz y decoro, cuya sólida formación humanista y su alta capacitación científico técnica sean fuentes constantes de inspiración para acometer con audacia responsable la búsqueda de soluciones que permitan salvar el planeta y construir un mundo mejor para todos, y no solo para una parte minoritaria de la población”.
MSc. Miguel Díaz-Canel Bermúdez
Ministro de Educación Superior
En la actualidad el conocimiento resulta el elemento más importante para elevar el desarrollo económico y social de las naciones, y las instituciones de educación superior (IES) tienen que responder acertadamente a este ineludible encargo social.1 Desde 1998, la declaración emitida en la Conferencia Mundial de Educación Superior, celebrada bajo los auspicios de la UNESCO alude a esta imperiosa responsabilidad de la universidad, y plantea su misión de educar, formar y realizar investigaciones, particulariza en cuanto a promover, generar y difundir conocimientos mediante la investigación, además de proporcionar las competencias necesarias para el desarrollo cultural, social y económico de las sociedades.1
En Cuba, el Ministro de Educación Superior enfatiza en la identificación de acciones para favorecer el cumplimiento cabal de su misión social, y expresa: “Ello hoy es un imperativo porque las universidades se desenvuelven en un entorno cada vez más complejo, y les corresponde, entre sus importantes encargos sociales, formar el conocimiento, condición necesaria para el desarrollo nacional”.2 Insiste en su misión como formadora de la intelectualidad progresista y comprometida con su pueblo para llevar adelante los proyectos de desarrollo y apunta. “Lo más importante no es únicamente la cantidad de conocimientos con que egrese el universitario, sino cuán preparado está para enfrentar y transformar el mundo en que vivimos”.2
Estas ideas expresan puntos de vista acerca de la misión conferida a la universidad cubana, y enfatiza en la necesidad de formar profesionales capaces de adaptarse a un mundo de intensas transformaciones, donde el conocimiento se duplica cada vez más.3
Esclarecido el papel de la universidad en la sociedad denominada del conocimiento, resulta oportuno aludir a la potencialidad que brindan las sociedades científicas del sistema de salud en Cuba, para emprender una acertada gestión de la ciencia en el ámbito universitario sustentado en su elemento distintivo: la integración docente asistencial investigativa.
Estas agrupaciones de carácter científico están integradas por los profesionales de un determinado perfil, y otros con labores vinculadas a este quehacer, son aprobadas por el Consejo Nacional de Sociedades Científicas (CNSC) del Sistema Nacional de Salud, y tienen el propósito de contribuir al desarrollo de la investigación y la aplicación de los logros de la ciencia y la técnica.4 También deben favorecer la obtención de mejores indicadores de salud de la población y colaborar en la divulgación de los principales logros científico-técnicos, introducción de tecnologías avanzadas y nuevos métodos profilácticos y terapéuticos en el ámbito de cada especialidad, para lo cual deben efectuar sesiones de intercambio de sus experiencias individuales y colectivas, además de asesorar en los planes de las especialidades cuando se demande y establecer vínculos con las sociedades análogas extranjeras o nacionales.4
Si la misión de la universidad es: la formación profesional, investigar y fomento de la cultura general y específica -inherente a la propia profesión, incluye en nuestro caso la atención de salud en todas sus proyecciones-) deben emplearse todas las posibilidades para transferir ese conocimiento a través de la formación de los recursos humanos y en acciones relacionadas con los procesos tecnológicos, conservarlo a través de fondos documentales en diversidad de soportes y difundirlo con el uso de las vías que faciliten su extensión,5,6 lo que equivale a gestionar el conocimiento. Pero ello no ocurre espontáneamente, pues debe existir una política institucional que promueva la existencia de condiciones imprescindibles para su ejecución, tales como: la presencia de espacios para depositar, almacenar y distribuir el conocimiento, y garantizar una mayor interactividad entre los grupos de trabajo.5-7
Para obtener buenos resultados en esta labor resulta estratégica la localización de las personas que atesoren un conocimiento valio y posean experiencia en determinado ámbito dispuestas a compartir sus mejores prácticas. También es importante el empleo de sus diferentes métodos, entre los que pueden citarse:8
El empleo de las tecnologías de la información y la comunicación constituye un factor decisivo en esta faena, sin embargo varios estudios efectuados en este contexto constatan una insuficiente preparación en el uso de ellas,9-10 lo que también se comprueba en un proceso indagatorio centrado en la preparación de los presidentes de los capítulos de estas sociedades con respecto a la alfabetización informacional (ALFIN) digital en el territorio de Villa Clara y que culminó con una estrategia de superación posgraduada.11
Este estudio también demuestra la presencia de condiciones contextuales en la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara que facilitan el empleo de estas tecnologías, y cita: la motivación por la superación en el tema, el acceso a internet e intranet para las búsquedas de información y presencia del capital humano para enfrentar la demanda.11
Se han expuesto algunos métodos útiles en este tipo de gestión, y las características del contexto de este centro de altos estudios; se impone entonces una reflexión acerca de si se explotan o no las potencialidades de los capítulos de las Sociedades Científicas en Villa Clara para esta labor. Así se listan algunas interrogantes que favorecen esta valoración:
¿Están identificados los expertos por temáticas para buscar, evaluar, interpretar y utilizar la información en cualquiera de sus formas, especialmente la digitalizada?, ¿pueden localizarse en un sitio de acceso en la red?, ¿disponen de fondos documentales para ubicar los resultados de su quehacer investigativo? ¿se registran los resultados de sus mejores experiencias?, y ¿quiénes están involucrados con la adopción de medidas en este empeño?
Es una imperiosa necesidad rescatar el caudal de conocimientos y experiencias de los profesionales con trayectoria relevante en estas comunidades, y estimularlos a compartir sus mejores prácticas, conservarlas a través de fondos documentales y difundirlas con el uso de las vías que facilitan su extensión; sin dudas ello permitirá atesorar los aspectos distintivos del desarrollo de esa rama de la ciencia en el territorio.
Las ideas expresadas tienen el propósito de motivar a los implicados en el tema para emprender una acertada gestión del conocimiento en los capítulos de las sociedades científicas, a fín de promover el desarrollo de una comunidad de intelectuales actualizados y comprometidos con esta faena, como condición necesaria del quehacer universitario ante este impostergable reclamo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Recibido: 18 de mayo 2011
Aprobado: 23 de mayo 2011
Esther Díaz Velis Martínez
Presidenta del Capítulo de la Sociedad Cubana de Educadores en Ciencias de la Salud en Villa Clara. Cuba.
Especialista de I y ll Grados en Psiquiatría Infanto Juvenil. Máster en Educación Médica. Profesora Consultante. Universidad de Ciencias Médicas. Villa Clara. E-mail: estherdm@infomed.sld.cu