Santa Clara, may.-ago.
SECCIÓN HISTORIA
Dr. José Francisco Martínez Delgado. Paradigma de la Docencia Médica
MD José Francisco Martínez Delgado, Paradigm of Medical Teaching
Xiomara Martínez NeiraI
I Licenciada en Educación. Especialidad Historia. Máster en Historia y Cultura cubana. Profesora Auxiliar. Universidad de Ciencias Médicas “Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz”. Cuba.
La provincia de Villa Clara, con 43 años de experiencia en la docencia médica, tiene una rica historia realizada por profesores que constituyen ejemplos paradigmáticos de galenos villaclareños, por su aporte significativo a las ciencias y la educación médicas, y son acreedores del reconocimiento a su obra la cual alcanza pleno relieve provincial, nacional y en ocasiones, internacional. En la vida y obra de cada uno hay una contribución que trasciende su campo de trabajo particular y se proyecta en la afirmación cada vez mayor de la docencia médica como una sólida columna del propio desarrollo de la Salud Pública en Cuba. Entre todos enhebran un hilo de continuidad, que comienza con Ricardo Jorge Oropesa como principal impulsor de la docencia médica en la región central y el primero en impartir una clase en la Escuela de Medicina de Las Villas, seguido por el resto de los fundadores de esta, continúa en la obra de quienes fueron sus alumnos y hoy se consolidan como docentes de alto prestigio, hasta los que con su preparación pedagógica se han erigido como formadores de formadores en Ciencias de la Salud.
En la actualidad, la Educación Médica en Cuba se desarrolla bajo condiciones distintas, aunque no exenta de limitaciones objetivas. El conocimiento y los métodos científicos siguen siendo componentes esenciales del sistema. Mediante ese proceso histórico de institucionalización, masificación y enraizamiento, abonado por figuras como la de Doctor José Francisco Martínez Delgado, se hará cada vez más real la visión de Fidel Castro cuando vislumbró que “Graduarse de médico es abrir las puertas de un largo camino que conduce a la más noble actividad que un ser humano puede hacer por los demás (…)” (Castro Ruz, F. 1999.)
La vida de las grandes personalidades de la docencia médica no constituye un repertorio de biografías aisladas. Es parte integrante y fundamental de la historia de la salud pública y del movimiento científico del país, refleja no solo el resultado de sus investigaciones, sino la certeza de contar con verdaderos ejemplos de consagración a una profesión que hoy, con el desempeño de nuestros médicos ha adquirido ribetes de heroicidad. El estudio de la vida de sus profesores permite evaluar, en su justa dimensión, la existencia de una docencia médica desde el periodo colonial, que como antecedente de singular relevancia contribuye a la comprensión del papel histórico desempeñado por el personal de la salud en nuestro país, y la valoración de los éxitos alcanzados durante los últimos 50 años como resultado del apoyo brindado por la Revolución a este importante sector del desarrollo social.
Niñez, adolescencia y estudios universitarios
El Dr. Martínez Delgado, así llamado por todos, nació el 15 de julio de 1933 en Alquízar, La Habana, en medio de una situación muy convulsa para Cuba: se acercaba el fin de la dictadura de Gerardo Machado, despótico dictador que llevó a la política el terror y el crimen; fue derrotado por una revolución popular en 1933. Tras su derrocamiento y la instauración del nuevo gobierno presidido por Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, aparece otra figura que tendría influencia funesta en la política del país, Fulgencio Batista, quien no repara en mostrar su inconformidad con el nuevo gobierno. Colaboró en varias conspiraciones de carácter cívico-militar y alcanza los grados de Coronel Jefe del Ejército, dirigió con mano dura la represión contra el movimiento comunista y las luchas obreras. Batista se presenta como candidato de la Coalición Socialista-Democrática en las elecciones de 1940, y fue electo presidente por un período de cuatro años, continúa la ola de terror que ya habían vivido los cubanos, ahora más recrudecida. De modo que la infancia y adolescencia de José Francisco transcurren en un período de la historia de Cuba de grandes cambios sociales y revolucionarios, por lo que la familia Martínez Delgado se traslada al poblado de San José. Entre los años 1947 y 1952, José Francisco cursa el Bachillerato en Güines.
Inicia los estudios de la carrera de Medicina, en la Universidad de La Habana, en 1952, época en la que Fulgencio Batista es postulado nuevamente para Presidente; y aunque las encuestas lo colocaban en una posición desventajosa para sus propósitos, decide dar un golpe de Estado y asumir la Presidencia por la fuerza. Se agudiza el régimen tiránico y aumenta el descontento popular; los métodos implantados por el dictador provocan múltiples acciones del movimiento revolucionario cubano. Numerosos jóvenes universitarios se organizan e involucran en marchas y otros actos de oposición.
La Universidad de La Habana se convertía en un baluarte de la lucha revolucionaria y las fuerzas represivas deciden cerrar esta institución. Como muchos de los jóvenes que cursaban estudios en esos momentos, el futuro doctor José Francisco tuvo que incorporarse a la vida laboral para asegurar su sustento económico y ayudar a la familia. Comienza a trabajar como Inspector del Retiro Ganadero.
En el año 1957 continuó sus estudios universitarios en París, Francia, por dos años. Triunfa la Revolución en 1959, victoria que significó no solo el derrocamiento del régimen tiránico que oprimía a Cuba y el logro de la independencia por la cual habían derramado su sangre cientos de miles de cubanos, durante casi un siglo de lucha; sino también el despertar de los humildes a una vida de aspiraciones reales y de avances en el orden social. Para José Francisco significó además, el regreso a su Patria en febrero de ese año, y la posibilidad de culminar sus estudios y graduarse como médico en diciembre de 1960. Comprometido con la recién nacida Revolución, comienza su Servicio Médico Rural en marzo de 1961, junto a los más humildes, de acuerdo con el programa revolucionario liderado por el Comandante en Jefe Fidel Castro. Fue ubicado en la región oriental, en la zona de Minas de Bueycito, San Pablo de Yao y Victoriano, allí inició y desarrolló su labor durante 14 meses, el joven Dr. José Francisco Martínez Delgado.
La forja de un educador
Durante los meses de septiembre, octubre y noviembre de 1964 cumple con la importante misión que daría inicio a la Docencia Médica en Oriente al sumarse al “Plan Santiago” en la recién creada Escuela de Medicina. Una vez obtenido el Título de Especialista de Primer Grado en Medicina Interna inicia su labor en el Hospital Provincial de Santa Clara, allí se desempeñó como Jefe de Grupo Básico de Trabajo, realizó consultas y guardias médicas, y cumplió con la responsabilidad de Jefe de Servicio.
Cuando el 21 de noviembre de 1966 se inaugura la Escuela de Medicina de Las Villas, integró el claustro fundador de la docencia médica en la región central. Desde entonces se mantuvo como docente hasta su muerte.
En el año 1969, con el nuevo sistema de enseñanza de la Medicina Integrada se desempeñó como coordinador de la Hemifase II A y Hemifase II B de forma alternativa hasta 1978. Desde 1971 asumió la responsabilidad de la programación y ejecución semanal de la docencia de los residentes. En 1978 ocupó el cargo de Jefe de Departamento y Profesor Principal de Propedéutica Clínica y Fisiopatología; y desde 1976 hasta 1993, fue Presidente de la Sociedad Cubana de Medicina Interna de la Filial Villa Clara.
En la formación de los alumnos tuvo la responsabilidad de dirigir la docencia de la asignatura de Propedéutica Clínica y Medicina Interna en el Instituto Superior de Ciencias Médicas de Villa Clara (hoy Universidad de Ciencias Médicas) y de ser profesor de Medicina Interna en las actividades docentes semanales de los internos rotatorios, además de dirigir esta actividad.
Con su ejemplo personal y gran preparación científica se ganó el respeto de sus estudiantes, quienes siempre contaron con su apoyo en las actividades a que lo convocaban, sobre todo de carácter científico, para que impartiera sus magistrales conferencias.
Contribuyó a la formación de nuevos especialistas a través de su docencia en el postgrado. Fue tutor y asesor de trabajos de terminación de la Residencia en Medicina Interna, entre ellos:
Impartió cursos de superación y actualización en diferentes contextos curriculares de la carrera, por ejemplo: Temas fundamentales de Medicina, como coordinador en el Curso de Reciclaje de Medicina Rural en el Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Provincial de Santa Clara, (1984), en el de Medicina Interna en el Instituto Superior de Ciencias Médicas de Villa Clara (ISCM), (1986) y en el primer curso de Medicina Intensiva del Adulto en el mencionado hospital provincial, del 1ro de septiembre de 1986 al 16 junio 1987. Durante los años de la década de 1990 se desempeñó como profesor en los cursos: Actualización en Enfermedades Infecciosas, Actualización en Geriatría, en el ISCM VC, Patología Médica asociada al embarazo, Hematología Clínica, Actualización en Enfermedades Reumáticas, Actualización en Inmunología Básica y Clínica, Enfermedades Cerebrovasculares: Diagnóstico y Tratamiento, Actualización en Enfermedades Reumáticas. Estos ejemplos ilustran la preparación científico-metodológica y el afán de actualización de los conocimientos de este profesor.
El investigador
A su destacada labor docente se une su quehacer científico e investigativo lo que se tradujo en mejores resultados en su labor docente asistencial. Algunas de sus investigaciones son:
Por la obra científica y docente que desarrolló fue merecedor de importantes responsabilidades:
Su intervención en eventos científicos fue cuantiosa, entre ellos estuvo:
Fue merecedor de múltiples reconocimientos:
Sin dudas, el mayor reconocimiento logrado por el Dr. Martínez Delgado fue el respeto, la admiración y el cariño de sus estudiantes, compañeros de trabajo y pacientes, los cuales apreciaron en él su modestia y su habilidad para brindar servicios de excelencia tratando a los demás como a sí mismo, no le gustaban las entrevistas ni las declaraciones públicas sobre su vida, consideraba que no era merecedor de tantos honores porque solo se había dedicado a estudiar para dar buenas clases a sus estudiantes y buena atención a los pacientes, sin decepcionarlos nunca.
Falleció el 7 de junio de 2010, víctima de un infarto cardiaco, fuera del país, pero cuando sus restos llegaron a la Patria, allí estaba esperándolo para rendirle tributo su pueblo a quien supo entregar de manera incondicional toda la obra de su vida por lo que perdurará en la historia de la Medicina y la educación médica villaclareña como uno de sus paradigmas más queridos.