Las enfermedades y su impacto en la obra de genios de las bellas artes
Diseases and their impact in the work of geniuses of the fine arts
Isis Betancourt Torres
Facultad de Ciencias Médicas "Julio Trigo López". Universidad de Ciencias Médicas de La Habana. Cuba. Correo electrónico: isis.betancourt@infomed.sld.cu
RESUMEN
Fundamento: las enfermedades acompañan a los seres vivos desde siempre, su vínculo
con la historia y el arte, lejos de ser forzada, es una relación entrañable evidenciada desde la
antigüedad hasta hoy.
Objetivo: identificar la relación entre las enfermedades y la creación artística,
profundizando en la vida y obra de un grupo de artistas: músicos, pintores y literatos.
Métodos: se realizó un estudio descriptivo observacional sobre la vida y obra de 50
artistas. Se utilizaron métodos teóricos a partir del estudio de la biografía de cada artista y una
consulta bibliográfica de varios textos de historia de las artes. Como métodos empíricos: el
análisis documental y entrevistas individuales a personalidades de la cultura cubana y
profesores universitarios, estudiosos del tema.
Resultados: en el trabajo se analizan las enfermedades padecidas por ellos y se hace
una reflexión sobre el impacto de sus dolencias en sus obras. Las enfermedades infecciosas,
entre ellas, la tuberculosis y la sífilis; la locura y otros estados anímicos como la depresión,
la melancolía y la enfermedad bipolar, aparecen como las más frecuentes.
Conclusiones: los resultados de este estudio evidenciaron una estrecha relación entre
enfermedades y creación artística. Contribuye a aumentar el acervo cultural de profesores
y estudiantes en general, despierta el interés por estos temas y sirve como un aporte al
propósito de convertir a Cuba en una gigantesca universidad para todos.
DeCS: arte, medicina, enfermedad, cultura.
ABSTRACT
Background: diseases have always accompanied alive beings, their links with history
and art, far from being forced; they show a close a relationship since ancient times to
current times.
Objective: to identify the relationship between diseases and the artistic creation,
deepening in the life and work of a group of artists: musicians, painters and writers.
Methods: an observational descriptive study was carried out on the life and work
of50 artists. Theoretical methods were used starting from the study of each artist's biography
and a bibliographical review of several texts of arts history. As empiric methods: the
documental analysis and individual interviews to personalities of the Cuban culture and
university professors, experts on the topic.
Results: the diseases they suffered from are analyzed in the work and a reflection is
made on the impact of their ailments in their works. The infectious diseases, among
them, tuberculosis and syphilis; madness and other psychiatric states as depression,
melancholia and bipolar disorders, they appear as the most frequent.
Conclusions: the results of this study evidenced a close relationship between diseases
and artistic creation. It contributes to increase the cultural wealth of professors and students
in general, it awakes the interest for these topics and it serves as a contribution to
the purpose of transforming Cuba into a huge university for all.
MeSH: art, medicine, disease, culture.
INTRODUCCIÓN
Reflexionar sobre el tema "Las enfermedades y su impacto en la obra de genios de las bellas artes", puede resultar ameno y motivador para adentrarse en este mundo donde se incluyen la pintura, escultura, arquitectura, música y literatura.
La consulta de una amplia bibliografía sobre arte y enfermedades ha permitido encontrar algunos estudios sobre enajenación y arte; por ejemplo, en la revisión bibliográfica de los doctores Gomis et al.1 se relacionan las enfermedades infecciosas y la música, pero no se hallaron estudios que vinculen las enfermedades crónicas y las infecciones con la pintura y la literatura.
Un tema muy abordado es el de la relación de las vivencias sentimentales de los artistas y su obra. Son múltiples los best-sellers que abordan los conflictos emocionales, la depresión y el temor a la muerte en la vida de los grandes genios del arte. Algunos críticos consideran que existen mitos creados sobre figuras célebres como Chopin, Beethoven, Van Gogh, Schumann y otros que han motivado publicaciones que hacen más énfasis en sus padecimientos que en su fabulosa obra, y caen en el error de soslayar la realización artística y entrar en análisis superficiales sobre cómo vivieron y no en la trascendencia de lo que crearon.1,2
Si se parte del dato incuestionable de que algunos de los grandes genios de las bellas artes fueron niños prodigios como Mozart, Beethoven, Chopin, Paganini, etc.; se podría afirmar que: "Los genios nacen genios y no es necesario buscar una explicación para su creación que no es otra cosa que la expresión de su genialidad". Esto sería simplificar la explicación de un fenómeno que no tiene una respuesta sencilla pues existen interrogantes que no son fáciles de responder como: ¿por qué surgieron tantos genios de las artes en los siglos anteriores al XX?, ¿por qué el siglo XX con su revolución científico-técnica y su carácter iconoclasta, no ha sido también un siglo colmado de genios en el arte?
Existen otras dos interrogantes:
¿Cuál es la relación entre las enfermedades y la creación artística?
¿Ha sido el arte un escape ante el dolor y el sufrimiento?
Con este estudio, la autora se ha planteado el siguiente objetivo: identificar la relación entre las enfermedades y la creación artística, profundizando en la vida y obra de un grupo de artistas: músicos, pintores y literatos, para contribuir a aumentar el acervo cultural de profesores y estudiantes en general.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo observacional de las biografías de cincuenta clásicos de las bellas artes. La muestra fue seleccionada de un listado inicial de ciento treinta artistas del arte universal. A cada uno se le asignó un número siguiendo un orden alfabético riguroso. Posteriormente, de forma aleatoria, fueron seleccionados los cincuenta que formaron la muestra, en la que quedaron incluidos: dieciséis pintores, doce literatos y veintidós músicos.
Se tomaron como criterios de inclusión para el estudio:
- Ser considerado un clásico de la pintura, la música o la literatura.
- Haber alcanzado su celebridad antes del año 1950.
- Haber nacido en Europa o América.
- Haber fallecido antes del año 2000.
Se utilizaron métodos teóricos a partir del estudio de la biografía de cada artista y una consulta bibliográfica de textos de historia de las artes, incluidos los capítulos de cuatro enciclopedias y tres diccionarios enciclopédicos. Como métodos empíricos, además del análisis documental, se efectuaron entrevistas individuales a personalidades de la cultura cubana y profesores universitarios, estudiosos del tema.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La relación de padecimientos de los pintores estudiados muestra la depresión como el trastorno más frecuente, pues estuvo presente en muchos momentos de la vida de artistas como Leonardo de Vinci, Rafael Sancio, Paul Gauguin, Claude Monet y Edouard Manet. Es necesario incluir en esta relación a Miguel Ángel, Rembrandt y Sandro Botticelli que padecieron síntomas más intensos de depresión: la melancolía. Francisco de Goya sufrió una psicosis maníaco-depresiva y Vincent Van Gogh tuvo cuadros demenciales que motivaron múltiples ingresos en sanatorios para perturbados mentales. Vincent también padeció de epilepsia.1-3
La única enfermedad infecciosa reportada en el grupo de pintores fue la sífilis, padecida por Paul Gauguin y Manet quien murió paralítico a consecuencia de ello. Wifredo Lam fue el único caso con una paraplejía.
En los literatos, la depresión también constituyó el padecimiento más frecuente y estuvo presente en la vida de Cervantes, Hemingway, García Lorca, Pablo Neruda, Gabriela Mistral y Gertrudis Gómez de Avellaneda. En este grupo aparecen Gustavo Adolfo Bécquer, Franz Kafka y Robert Louis Stevenson, integrando una lista de tuberculosos célebres. Baudelaire fue el único sifilítico, mientras Edgar Allan Poe padeció de demencia y adicción a las drogas. La epilepsia solo fue padecida por Dostoievski, entre los literatos estudiados.
El análisis de las enfermedades de los veintidós músicos estudiados muestra la gran frecuencia de los estados depresivos entre estos artistas. La depresión marcó la vida de Beethoven, Rossini, Verdi, Tchaikovsky y el cubano José White. Las demencias también aparecieron en las vidas de Salieri, Schumann e Ignacio Cervantes.2-4
Las enfermedades infecciosas fueron las más frecuentes entre los músicos. La tuberculosis afectó y puso fin a la vida de hombres célebres como Paganini, Brindis de Salas y Stravinsky y existen dudas si la sufrieron o no Chopin y Puccini. Otra enfermedad infecciosa, la sífilis, fue padecida por Schubert y Paganini.5-8
Entre las enfermedades crónicas no transmisibles aparecen la ceguera de Bach y Handel, ambas producidas por iatrogenia y la de Joaquín Rodrigo. El único músico estudiado que padeció de cáncer fue Rossini. Vivaldi fue el único asmático y la insuficiencia cardíaca con todo su cortejo sintomático fue padecida por dos grandes del piano como Franz Liszt y Ernesto Lecuona.
Mozart merece una mención aparte por haber sido el más enfermizo de todos los músicos y artistas en general. Este genio padeció de hepatitis, fiebre amarilla, glomerulonefritis y púrpura de Scholein Henoch, y aunque se discute la hipótesis de que fue envenenado, no parece haber dudas de que murió en un cuadro de insuficiencia renal crónica, consecuencia de una nefritis.6
Cuando se analizan las enfermedades más frecuentes en la muestra estudiada se refiere la depresión en nueve casos (18 %) y las demencias en siete (14 %), los cuales fueron los padecimientos más frecuentes lo que unido a dos casos (4 %) de enfermedad bipolar, permite plantear que los trastornos de la esfera psíquica fueron muy frecuentes entre los artistas músicos estudiados.
Seis casos de tuberculosis y dos de sífilis colocan en el segundo lugar en frecuencia a las enfermedades infecciosas en este estudio, donde solo se reportó un caso de cáncer y uno de asma bronquial, entre los genios del pentagrama.
Depresión, melancolía, enfermedad bipolar y enajenación en el arte
La depresión fue el trastorno afectivo más frecuente en la muestra estudiada con un listado de casos que incluye a genios de la música, como Beethoven, Haydn, Rossini, Verdi, Tchaikovsky, Brindis de Salas y White; genios de la pintura, como Miguel Angel, Gauguin, Monet y Manet; y grandes escritores, como Cervantes, Hemingway, Neruda, la Mistral y la Avellaneda; sin contar a otros grandes artistas que sufrieron cuadros depresivos como parte de la evolución de otras enfermedades como la sífilis y la tuberculosis.5,8-10
Las depresiones predominan a partir de los 40 o 50 años, y se definen como trastornos de la esfera afectiva con un síntoma que lo caracteriza, que es la tristeza. La melancolía se define como una tristeza vaga, depresión profunda. Es una especie de locura en que dominan las afecciones morales tristes, la añoranza y la nostalgia.
Estos estados se caracterizan por un ánimo abatido y pocos deseos de hacer las cosas, pero entre los artistas estudiados ocurría lo contrario -como en el caso de Miguel Angel ("El juicio final")- pues durante sus estados depresivos creaban sus mejores obras. Beethoven, en medio de profundos cuadros depresivos, abatido por su sordera, desgarrado por el dolor de no poder escuchar su propia música y al borde del suicidio, seguía componiendo porque solo la música le daba fuerzas para vivir y no se sentía dispuesto a abandonar la vida sin crear todo aquello de que se sentía capaz.3,5,11,12
El caso de Hemingway merece una reflexión especial ya que su depresión parece haber sido inducida por la reserpina utilizada para el tratamiento de su hipertensión arterial. Esta depresión estuvo presente en sus grandes obras y lo llevó al suicidio con un disparo, como lo hizo también Van Gogh, el artista más relacionado con el color amarillo, quien tuvo una vida marcada por la depresión y la locura.3,5,13 Se recoge historia de enajenación en músicos como Salieri, Schumann e Ignacio Cervantes; un escritor como Poe y el ya referido pintor holandés.4,7
A Van Gogh se le ve como un ejemplo de la fuerza de la locura, pues su vida ha servido para argumentar el papel de los locos en la historia. Ningún pintor como él se ha identificado tanto con el color amarillo.
Quienes estudian la evolución artística de Van Gogh observan su desarrollo y ven con admiración y perplejidad la diferencia entre sus cuadros anteriores a 1885 y los creados en la etapa posterior, se preguntarían: ¿a qué se debe este cambio: es madurez como pintor o es locura?
Respuestas puede haber muchas, pero la hipótesis de Rodríguez Hernández14 y la de la autora de este trabajo, concuerdan con la de quienes, como Villar15, relacionan la visión amarilla de Van Gogh con la digital purpúrea. Nunca antes de su locura Van Gogh tuvo tanta fuerza expresiva y tanto dominio de los diferentes matices del amarillo, como cuando enloqueció y pudo haber sido tratado con digital purpúrea a altas dosis. De esta época son: "La alcoba" (1889), "La silla amarilla" (1888), "La casa amarilla" (1888), "Muchacha campesina" (1890), "Los girasoles" (1888), "El retrato del poeta" (1888), "Café nocturno" (1888) y "Noche estrellada" (1889).
Los adelantos de la ciencia y la técnica han demostrado que la digitoxina, principio activo de digital purpúrea, se almacena muy especialmente en la retina; esto explica las alteraciones en la visión que acompañan a la intoxicación digitálica, donde se destaca la visión amarilla (xantosis digitálica).13,14
El Doctor Gachet fue inmortalizado por este genio de la pintura en su cuadro "Retrato del Doctor Gachet", que posee el récord de haber sido vendido en 82 millones 200 mil dólares, el precio más alto pagado por un cuadro en la historia de la humanidad. En esta obra, el célebre médico aparece sosteniendo en las manos una rama de digital purpúrea, como una sugerente prueba de su posible utilización para tratar la epilepsia en este loco maravilloso, que dio vida a la naturaleza muerta dándole efectos de sol a plena luz.
Desde tiempos remotos se ha discutido sobre la relación entre las enfermedades y la creación artística y una interesante cantidad de reflexiones han correspondido a la locura.
Los criterios sobre esta enfermedad han sido expresados en frases célebres como la expresada por Sócrates: "La locura no es sencillamente un mal pues con ella han llegado a Grecia los más importantes espíritus". 16
Realmente estas afirmaciones no parecen estar lejos de la verdad, pues sobran estudios que lo demuestran, como el realizado por Jamison, referenciada por Villar,15 que analizó las vidas de ochenta y tres poetas con síntomas maníaco-depresivos, entre ellos: Byron, Baudelaire, Elliot, y otros; de ellos, treinta habían ingresado en hospitales psiquiátricos, veintiuno se suicidaron y doce intentaron hacerlo.
Tal vez el estudio más demostrativo es el que incluyó a ciento cinco creadores. De ellos: cuarenta y un escritores (Balzac, Dicksen, Hemingway, Tolstoi, Twain, Zola, y otros); veintitrés compositores (Berlioz, Händel, Rasmaninov, Schumann, Tchaikovsky, y otros); cuarenta y un pintores (Miguel Angel, Gauguin, Van Gogh, Pollok y otros). Todos padecieron alteraciones anímicas, treinta ingresaron en manicomios y veinte se suicidaron.2,5,6,15
Existe un dato de gran interés: la depresión y la enfermedad maníaco depresivas son treinta veces más frecuentes en escritores y pintores que en la población normal; y los suicidios, cinco veces más.15
Durante los estados maníacos, los artistas perciben sus experiencias personales y los estímulos sonoros y visuales con mayor intensidad y viveza; el lenguaje es más fluido, enriquecido y rápido y sus procesos mentales, su creatividad y productividad, aumentan.2 Esto se pone de manifiesto en artistas como Schumann, que llegó a componer una sinfonía en cuatro días; Van Gogh, con sus múltiples cuadros creados durante su febril actividad en el Sanatorio de Arles; la intensa actividad de Goya, cuando su mente perturbada le permitía crear monstruos, que según él, eran fantásticos; la vasta obra de Salieri, creada cuando su mente estaba fuera de control; o la de Schubert, que en un período de un año compuso ciento cuarenta y cuatro piezas musicales.2,3,7,13,17
Enfermedades infecciosas. Su influencia en el arte
La gran cantidad de artistas que vivieron sus días de esplendor en épocas en que los antibióticos no formaban parte del arsenal terapéutico de los médicos, determina que un grupo significativo de los genios estudiados hayan padecido de enfermedades infecciosas, donde la tuberculosis y la sífilis ocupan un papel predominante y pueden ser consideradas como la Espada de Damocles, que pendía sobre la cabeza de cada artista sometido a las penurias económicas y la vida disipada típicas del medio. Si bien la mayoría de los pintores padecieron trastornos anímicos, y solo en Gauguin se reporta la sífilis como enfermedad infecciosa, no sucede lo mismo con los literatos, pues hay que destacar la tuberculosis de Bécquer, Kafka y Stevenson; y la sífilis de Baudelaire.1,3,9,11
El listado de músicos con enfermedades infecciosas es lógico, pero sorprendente. Este estudio recoge diagnósticos de tuberculosis en Chopin, Paganini, Puccini, Stravinski y Brindis de Salas.17,18 Sufrieron sífilis Schubert y Paganini. Rossini padeció de uretritis, posiblemente gonocócica, y Mozart fue víctima de la fiebre reumática. Varios de los artistas estudiados padecieron de viruela y tifus, mientras una minoría padeció de paludismo.1,2,5,6
Está por definir hasta qué punto una enfermedad infecciosa pueda influir en la creación artística, y las investigaciones sobre este tema son demasiado escasas. Vale la pena reflexionar sobre el impacto que pudo haber producido en los genios estudiados no solamente el hecho de sufrir una enfermedad infecciosa, sino también los horribles tratamientos a que fueron sometidos en una época donde predominaban los esquemas terapéuticos como baños a altas temperaturas, dietas rígidas, enemas frecuentes, punciones repetitivas y las terribles sangrías realizadas con punturas venosas o con sanguijuelas. No se puede olvidar que en esta época, y desde los tiempos de Galeno, se consideraba que los purgantes y las sangrías eran "las dos piernas de la medicina".
Enfermedades crónicas no transmisibles. Su impacto en la creación artística
A lo largo de la historia han existido hombres célebres que han padecido de epilepsia, como los grandes guerreros Napoleón, Alejandro Magno y Julio Cesar, el profeta Mahoma y el gran matemático Pitágoras. Entre la muestra estudiada, la sufrieron el escritor ruso Dostoievsky y el pintor Vincent Van Gogh. Dostoievsky definió la epilepsia como "enfermedad sagrada" y llegó a escribir: "Vosotros los hombres sanos, no tenéis idea del placer que experimenta un epiléptico un segundo antes de la crisis". El genial escritor ruso incluiría un epiléptico prácticamente en cada una de sus novelas, y así surgieron Nelly, en "Ofendidos y Humillados", y el célebre Smirdiakov, en "Los Hermanos Karamazov".19-22
Una crisis epiléptica es el resultado clínico de una descarga brusca, anormal por su intensidad e hipersincronía, de un agregado neuronal del cerebro. La definición de enfermedad epiléptica aceptada por la Organización Mundial de la Salud exige la repetición crónica de las crisis. La prevalencia estimada en los países occidentales es de 500 a 1000 enfermos epilépticos por cada 100 000 habitantes incluidas todas sus formas clínicas; desde crisis generalizadas, donde existe pérdida del conocimiento y pueden ser convulsivas o no, hasta crisis parciales o focales, donde no existe pérdida del conocimiento o es limitada.23
Las enfermedades neoplásicas no fueron frecuentes en la muestra, pues solo aparece Rossini con diagnóstico de cáncer. Se atribuye a que estos artistas vivieron épocas donde las enfermedades infecciosas ponían fin a la vida en edades tempranas y el cáncer era infrecuente. Lo mismo se puede decir de la cardiopatía isquémica y su forma clínica más temida, el infarto agudo del miocardio, que aunque ya estaba descrita en el Papiro de Evers y era tratada por los médicos de Asiria y Babilonia, no constituía una pandemia de proporciones enormes, como ocurre en la actualidad; solo presentaron problemas coronarios Liszt, Puccini y Lecuona, los cuales tuvieron una larga vida.2, 20
La sordera afectó a un pintor: Goya, y atormentó la vida de un genio: Beethoven, a quien la hipoacusia progresiva, que lo convirtió en un hombre totalmente sordo en 1820, no impidió que, en trece años de intenso trabajo, creara sus más importantes obras, incluidas sus magistrales sinfonías, aunque tuvo que dejar de interpretar sus conciertos de piano y nunca más pudo disfrutar oyendo su propia música. Sobre la causa de su sordera han existido múltiples hipótesis: se habla de infecciones como la sífilis o la fiebre tifoidea,19,20 otros la atribuyen a causas autoinmunes, por una panarteritis nudosa o una enfermedad del tejido conectivo y algunos más invocan causas vasculares, traumáticas o tumorales, incluida la enfermedad de Paget. La mayoría de estas hipótesis no tienen una base científica. La sífilis se descarta por la ausencia de otros estigmas de la enfermedad, además en la necropsia no se encontraron otros síntomas para sustentarla. Tampoco existen elementos que permitan plantear una otoesclerosis no comprobada en la necropsia.1,15
La hipoacusia selectiva para los tonos altos en una fase inicial, los acúfenos persistentes, la hipersensibilidad dolorosa a los tonos bajos y a los ruidos, y el importante dato de que la transmisión ósea fuera normal, hablan a favor de una sordera neurosensorial por una inflamación crónica del octavo par craneal, causada posiblemente por una fiebre tifoidea.1,15
La ceguera fue un padecimiento de Bach y Handel producto de una iatrogenia en la vida adulta, e influyó en la vida de Joaquín Rodrigo desde los tres años de edad, según él: " gracias a la ceguera, fui a parar a la música".2
En este trabajo no se han analizado las causas de muerte de los cincuenta artistas estudiados, sino las enfermedades que perturbaron y limitaron sus vidas, las que indudablemente influyeron en su obra artística ya que la casi totalidad presentó alguna enfermedad que se acompañó de sufrimiento físico o mental, que en la mayoría de los casos coincidió con períodos de intensa creación.21,22
Dolor físico y sufrimiento moral. Su relación con la creación.
Un tema controversial es el referente a la relación entre el dolor físico y el sufrimiento moral con la creación artística. En opinión de esta autora, es una relación real y objetiva. Para abordar este tema es conveniente hacer mención de algunas reflexiones del profesor Cansino Anssen,16 de la unidad básica de la historia de la medicina de la Universidad Complutense de Madrid, expresados en un tema monográfico sobre dolor en la literatura. En su trabajo plantea algunas consideraciones sobre el dolor, evocando a Dostoievski en su obra "Apuntes del Subsuelo" escrita en el año 1864, cuando el autor siente que la tierra se abre bajo sus pies. Ni el simulacro de su fusilamiento en 1849, ni los cuatro años de trabajo en Siberia con los que se le conmutó la pena capital cuando ya le apuntaba el pelotón de fusilamiento, habían minado sus fuerzas como ahora después de perder sus últimos rublos en la ruleta, su primera mujer sufre una lenta agonía tuberculosa y las crisis epilépticas de él se hacen más frecuentes e intensas. Además padece unas prosaicas hemorroides que no lo dejan "estar de pie ni sentado". En estas penosas circunstancias, el autor redacta la mencionada obra. Esta descripción es realizada por Cansino Anssen16 para argumentar que los quejidos y sufrimientos del hombre del subsuelo no son otra cosa que la expresión del dolor del propio Dostoievski.
Tal vez la más patética descripción del dolor moral producto del pecado, aparece en "Doctor Fausto", la gran novela de Thomas Mann. En esta obra cumbre de la literatura universal, el autor se introduce en el tema de una creencia muy antigua sobre la relación de la sífilis con la creación artística, y en ella el protagonista realiza un pacto con Satanás para adquirir voluntariamente la sífilis, y con el sufrimiento de la enfermedad, estimular su creación y salir del estanque en que se encontraba su producción musical.17 Este pacto lo lleva a sufrir no solo su enfermedad sino también a perder a su inocente sobrino de cinco años en medio de patéticas narraciones de dolor. Aquí se expresa una creencia de que los pecadores no solo sufren, también hacen sufrir a quienes aman. Este mensaje puede servir para la reflexión sobre hasta dónde pueden haber sufrido por sus enfermedades relacionadas con el pecado, los genios estudiados en este trabajo. 1,13,17
Otro ejemplo del impacto del dolor en la creación literaria es la obra "Bajo el Signo de Marte", escrita con el seudónimo de Fritz Zorn, por un joven de treinta y dos años de edad que realiza un relato autobiográfico cuando se encontraba moribundo víctima de un linfoma. La utilización del seudónimo Zorn que en alemán significa "cólera o ira" habla por sí del sentimiento despertado en el artista al notarse un tumor en el cuello que él calificó como: " un tumor de lágrimas tragadas", y hace mención del sufrimiento de toda su vida donde no pudo derramar lágrimas, que finalmente rompieron los diques internos y habían brotado al exterior como un tumor.13, 17
Otro ejemplo de la repercusión del dolor y el sufrimiento moral se expresa en Paul Valéry, uno de los más importantes poetas de la lengua francesa que tuvo una intensa creación literaria en 1940, cuando tenía dos hijos y un yerno combatiendo en la segunda guerra mundial. En esta época escribía incesantemente de día y de noche y llegó a enunciar: " si no hiciera esto constantemente ya estaría muerto de rabia y dolor".13
En la música también se podrían mencionar otros ejemplos como los casos del réquiem de Mozart cuando pensaba que había sido envenenado, y el patetismo del aria de su "Flauta Mágica" cuando su salud estaba quebrantada. Es imposible olvidar a Schubert y su "Sinfonía Incompleta" compuesta cuando la sífilis lo llevaba al triste fin de su vida. Además es necesario recordar a Rossini con su "Estudio Asmático" y su "Preludio Convulsivo".7,8
Pobreza y creación artística
En la introducción de este trabajo se planteó una reflexión sobre el mito de las penurias y la ebullición creativa. Esto es real ya que existen múltiples ejemplos de artistas que han vivido en la opulencia y han sido grandes creadores. Sobre esto es necesario hacer mención de un interesante estudio del profesor Rab Harfield de la Universidad de Siracusa, quien llega a la conclusión de que Miguel Angel Bounaroti ha sido el artista más adinerado de todos los tiempos y calcula su fortuna en varias decenas de millones de dólares actuales, pero sufría una mezquindad que lo obligaba a ocultar su riqueza. En este estudio se plantea que el célebre genio florentino le cobró al Papa Julio II el equivalente a diez millones de dólares por el complejo escultural de su tumba y es imposible definir la cuantía de sus emolumentos por la decoración de la capilla Sixtina.3
Existen evidencias de que Leonardo De Vinci recibió protección de algunos mecenas, entre ellos el rey Francisco I de Francia. Otro rey, Carlos IV le brindó toda la protección económica necesaria a Goya. Por otra parte, Víctor Hugo recibía una pensión del rey Luis XVIII. No es un secreto el apoyo económico brindado por la iglesia a lo largo de la historia a los grandes artistas y no se puede ignorar el papel de príncipes, reyes y el propio Estado en la solvencia económica de los genios que han dedicado su vida al arte.3
Si se recuerda que el pintor y grabador que más obras ha creado en la historia de la humanidad, el célebre español Pablo Picasso, era dueño de una incalculable fortuna en efectivo y en propiedades que incluía varios palacios, no parecen existir dudas de que la pobreza no ha constituido una fuente de creación artística como sí han sido las enfermedades,21-24 tal como ha quedado evidenciado en este estudio.
CONCLUSIONES
Este trabajo evidenció que la mayoría de las personalidades estudiadas presentaron algún trastorno físico o mental, y se argumentó la estrecha relación entre sus enfermedades y la creación artística. Las afecciones más frecuentes fueron las enfermedades infecciosas y los trastornos mentales. Por la composición de la muestra, la amplia revisión realizada y el enfoque patobiográfico de los artistas seleccionados, esta investigación contribuye a aumentar el acervo cultural de profesores y estudiantes en general, despierta el interés por profundizar en los diferentes temas y sirve, por supuesto, como un aporte al propósito de convertir a Cuba en una gigantesca universidad para todos.
Declaración de intereses
La autora declara no tener conflicto de intereses.
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Recibido: 17 de enero 2017.
Aprobado: 20 febrero de 2017.
Isis Betancourt Torres. Facultad de Ciencias Médicas "Julio Trigo López". Universidad de
Ciencias Médicas de La Habana. Correo electrónico: isis.betancourt@infomed.sld.cu
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