Dr. Luis Manuel MartÍn GarcÍa: la vocaciÓn de ser mÉdico y revolucionario

Santa Clara, may.-ago.

 

SECCIÓN DE HISTORIA

 

 

“Dr. Luis Manuel Martín García: la vocación de ser médico y revolucionario

 

Dr. Luis Manuel Martín García: the vocation of being physician and revolutionary

 

 

Wirson Fabero RodríguezI; Dr. Héctor A. García DelgadoII; Iris Jiménez GonzálezIII

I Licenciado en Educación. Máster en Educación Superior en Ciencias de la Salud. Especialidad Marxismo-Leninismo e Historia. Asistente. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba.
II Doctor en Medicina. Especialista de I Grado en Cirugía. Asistente. Hospital Docente Clínico-Quirúrgico “Arnaldo Milián Castro". Villa Clara, Cuba.
III Doctora en Medicina. Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Instructora. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba.


Palabras clave: Luis Manuel Martín García, historia, medicina.
Key words: Luis Manuel Martín García, history, medicine.


 

Introducción necesaria

El Dr. Luis Manuel Martín García es un genuino ejemplo de la aspiración con que el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) forma a los profesionales de la salud.
Fue un joven que tempranamente, con solo 13 años, avizoró la ingeniosa obra del audaz proceso revolucionario iniciado en su patria, en enero de 1959. Incorporado a las Brigadas de Alfabetización en 1961, con la misma edad del adolescente mártir Manuel Ascunce Domenech -16 años- lleva a un grupo de campesinos analfabetos el tesoro del conocimiento y contribuye con su sacrificio personal a convertir a su país en la primera nación libre de analfabetismo en América Latina.

Por la difícil situación nacional, según sus declaraciones posteriores, se decidió por el estudio de la carrera de Medicina, en 1962, año en que se incorporó a las baterías antiaéreas para defender el suelo patrio ante la inminente agresión militar norteamericana, durante la Crisis de Octubre.

Estudiante promedio en toda su carrera en el Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas ”Victoria de Girón” de la Habana, sintió en carne propia la inspiración y el ejemplo personal de Fidel Castro en visitas que hacía a ese plantel para entrevistarse con los futuros médicos encargados de impulsar la salud pública cubana. Es esta una de las tantas razones por las cuales, cuando se le pide hacer el Internado (1968), en la recién fundada Escuela de Medicina de Las Villas, en Santa Clara (21 de noviembre 1966), lo hace decorosamente, incluso impartió docencia integrado al joven claustro que se consolidaba ya en su siempre amada provincia.

En correspondencia con sus principios y los compromisos contraídos con la dirección del país, cumple su Servicio Médico Social Rural, en un apartado pueblecito de la región central (Tunas de Zaza); por sus capacidades innatas fue reconocida su condición de vanguardia inmediatamente; y al frente de áreas de salud y policlínicos, terminó la gloriosa tarea.

La Residencia en Medicina Interna (1971-1974) fue el inicio de una larga, heterogénea e interesante vida científica, docente, administrativa y asistencial que lo hace tributar entre las más destacadas personalidades de la medicina revolucionaria en la región central.

Pero no fue solo el talento lo que llevó a Luis Manuel Martín García a alcanzar el respeto y la admiración de su pueblo; sus magnificas cualidades humanas fueron el mejor catalizador entre el hombre y la sociedad.

Apuntes sobre su vida

Nació el 2 de enero de 1945 en Caibarién, pueblo pesquero ubicado al norte de la antigua provincia de las Villas, actualmente es un próspero municipio de la provincia Villa Clara. Hijo de Luis A. Martín Álvarez y Petra García Rosada.

Los estudios primarios los cursa en la escuela “Hermanos Maritas” de su ciudad natal.
Era la convulsa década de 1950. La situación nacional se había agudizado profundamente a partir del golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 que imponía a la isla una de las más brutales dictaduras militares en la historia patria.

En el Instituto de Remedios cursa los 3 primeros años del bachillerato y aunque no se encuentran en su biografía vínculos con las luchas estudiantiles, sí es evidente la influencia del ambiente revolucionario que se vivía en ese plantel, en su comportamiento futuro ante las diversas y difíciles  tareas que tuvo que afrontar. El cuarto año lo cursó en el Instituto “Arbelio Ramírez” de Ciudad Libertad en La Habana.

El joven a la altura del momento histórico

Los años 1959 y 1960 fueron muy difíciles en Cuba: cambiar todas las estructuras económica, política, militar y social por un bisoño grupo de hombres con escasa experiencia en dirección y planificación, significó un inmenso reto para la juventud cubana, limitada en parte por la desaparición de un grupo importante de la vanguardia, producto de los alevosos asesinatos cometidos por la dictadura batistiana que truncó la vida de 20 mil valerosos hijos de la patria.

En el año 1961 termina de concretarse la etapa de Liberación Nacional y el Socialismo; acontecimientos como la primera Limpia del Escambray (iniciada a fines de 1960), la Campaña de Alfabetización y la Victoria de Girón tuvieron en esencia un amplio movimiento de masas, y contribuyeron positivamente a la consolidación del proceso revolucionario.

El joven Luis Martín no estuvo aislado del acontecer nacional y con solo 16 años (más joven que el maestro voluntario Conrado Benítez García, asesinado el 5 de enero de 1961, en Las Tinajitas, Escambray y de la misma edad que el brigadista mártir Manuel Ascunce Domenech (asesinado también por las bandas contrarrevolucionarias el 26 de noviembre de 1961, en Limones Cantero, Escambray) se incorporó a la Campaña de Alfabetización. Sobre aquella experiencia escribió:
“En el año 1961 participé en la Campaña de Alfabetización, me mantuve por espacio de 9 meses en Mayarí, en un lugar conocido como Piloto Abajo.”1

Sobre este importante acontecimiento histórico sería útil apuntar que se inició el día 1ro de enero de 1961. Cien mil jóvenes acometen tan grandiosa obra, la cual se propone enseñar a leer y escribir en solo un año a todos los ciudadanos analfabetos del país”.2Este hecho culmina el día 22 de diciembre del propio año cuando se declara a Cuba “Territorio Libre de Analfabetismo”. Al finalizar la Campaña de Alfabetización habían aprendido a leer y escribir 707 000 personas, lo que redujo el índice de analfabetismo al 3%, uno de los más bajos del mundo y el más bajo de América Latina. Participaron en esta obra 300 000 personas. En el acto, celebrado en la Plaza de la Revolución, Fidel Castro anunció la creación de un amplio sistema de becas de estudio para los jóvenes alfabetizadores.2

Estudiante universitario

El 4 de enero de 1962 el Gobierno Revolucionario en reconocimiento a la magnánima obra realizada por los jóvenes cubanos otorga 50 000 becas de estudio a los alfabetizadores de las brigadas “Conrado Benítez”.2

Luis Martín fue uno de los beneficiados. Él mismo declara: “En el año 1962 comencé mis estudios de Medicina”1 y según manifestó en algunas entrevistas, “[…] me decidí por la Medicina por la necesidad que tenía el país en ese momento,3 evidencia de su compromiso con la patria, demostrado a lo largo de su vida. Más adelante expresa: “[…] fue (estudiar Medicina) la decisión más importante de mi vida, ya no tengo vocación para otra cosa.3

No fue un estudiante de notas académicas sobresalientes, realizó el Internado Vertical, y el Mixto de Medicina con una calificación promedio de 78 puntos y se graduó en diciembre de 1968.4 Sin embargo, hay elementos que no pueden obviarse en esos años y que ponen al hombre tal y como es en el escenario difícil en que se desarrolla, por donde no solo transita; sino que alcanza escaños que otros, en iguales circunstancias no logran; y si fuera a evaluarse por su integralidad hubiese que enumerar necesariamente los aspectos siguientes referenciados por el propio Luis Martín:  

Durante mis años de estudiantes fui responsable de cultura de grupo y de curso […]
“[...]  durante la Crisis de octubre (1962), cursé la Escuela de Artillería Antiaérea en el Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas “Victoria de Girón” y fui movilizado en el puesto del Mariel” 1

Y por último, en esta selección, su vínculo directo con el siguiente hecho histórico:
“En el año 1963 ocurre un acontecimiento de profundo contenido revolucionario y que de inmediato repercutiría sobre toda la Salud Pública y de forma preferente sobre el Servicio Médico Rural: los estudiantes de Medicina, reunidos en asamblea, se pronuncian sobre la renuncia a la práctica privada de la Medicina, paso decisivo hacia la consolidación de los principios socialistas, sobre los cuales se desarrollaba el sistema estatal de salud y además solicitan la extensión del período de tiempo en que los médicos y estomatólogos deberían cumplir el Servicio Médico Social y Social Docente a dos años.5

El Servicio Médico Social Rural

El 22 de enero de 1960 se aprueba la Ley 723, que estableció el Servicio Médico Social Rural. Entre sus objetivos se encuentran: “Llevar los servicios médicos a los lugares más intrincados del país, implementar las tareas de prevención de enfermedades, y el fomento y recuperación de la salud”. Además, establecía el requisito que para trabajar en el resto de las unidades de Salud Pública, los médicos debían conocer “ […] la realidad médico social de los sectores ciudadanos más necesitados”. En su Artículo 2 instituía “[…] el término de un año como duración del período en que el médico realizaría el Servicio Social Rural, de postgraduado.5

Posteriormente, en la medida en que las jóvenes generaciones de profesionales de la salud profundizaban en su conciencia revolucionaria, se instituyó la Ley 1141 del 11 de enero de 1964, la cual refiere “[…] asegurar los crecientes servicios médicos  a la población […] que eran ya considerados como un logro de la Revolución, y más adelante apunta: “[…] que puedan nutrirse de un número mayor de médicos posgraduados”. Y continúa: “ Los graduados de Medicina y Estomatología cumplirán su Servicio Militar Obligatorio, establecido por la ley de la República dos meses antes, mediante la realización de sus dos años de servicio social”.5

Sobre su vida laboral, el Dr. Luis Manuel Martín escribió: *
“Inicié las actividades laborales en el año 1969, trabajando como Médico General en la Posta Médica de Tunas de Zaza, (en la actual provincia de Sancti Spíritus), haciendo así elServicio Médico Rural, estuve por espaciode 7 meses. Trasladándome a Guayos para dirigir el Policlínico de dicho pueblecito, estando en él por espacio de 4 meses, por mi trabajo soy promovido a dirigir el Área de Cabaiguán, terminando esta actividad en 1971, fecha en que concluyo mi Servicio (Médico Social) Rural” 1

El docente universitario

La década del 1960 impuso a la sociedad cubana retos que vencerlos parecían utopías. Transformar la salud pública con casi el 50% menos de la insuficiente cantidad de profesionales de este sector que había en Cuba en 1959, solo era creíble para la optimista dirección revolucionaria y un grupo de seguidores que como experiencia positiva tenían haber derrotado en 2 años (diciembre de 1956 a enero de 1959) a una de las dictaduras militares más fuertes y sangrientas de América Latina. La juventud cubana, a la vanguardia, comenzó a prepararse para llenar los vacíos dejados por un considerable grupo de trabajadores de la salud que abandonaron la patria, en gran medida, comprados por los dólares norteamericanos o detrás de fortunas personales de enriquecimiento.Luis Manuel Martín fue uno de los jóvenes que la naciente Revolución convocó a crecerse y él se comprometió a servir incondicionalmente a su pueblo; acción acometida satisfactoriamente a pesar de su escasa experiencia por la corta edad que tenía.   La fundación de la Escuela de Medicina de Las Villas, el 21 de noviembre de 1966, imponía a los estudiantes de la región central que estudiaban en La Habana, la responsabilidad de consolidar ese maravilloso proyecto de formar los profesionales de la salud que el territorio central necesitaba, el cual fue muy defendido por los médicos revolucionarios que trabajaban en Santa Clara, entre ellos se destacó el Dr. Ricardo Jorge Oropesa.6

Luis Manuel Martín asume el reto de la docencia médica en el año 1968 en que comienza su Internado en Santa Clara, hecho que él describe de la siguiente forma:
“En el año 1968 comencé mis estudios de 6to año de Medicina en la ciudad de Santa Clara impartiendo docencia a los alumnos que en ese momento cursaban 4to año de Medicina” 1

Fue esta su primera experiencia como docente, solo estuvo fuera de las aulas en los años  de Servicio Médico Social Rural (1969-1970) y en la Candidatura a Doctor en Ciencias Médicas realizado en la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, entre los años1984 y 1987.

Obsérvese en su propio testimonio el nivel de prioridad que él le otorgaba a la docencia:

“Comienzo mi residencia en Medicina Interna en este año (1973) y comienzo mi labor docente con alumnos de 4to año de Medicina en la asignatura de Medicina Interna, conjuntamente con esto, comienzo a impartir clases de Farmacología a alumnos de 3er año de Medicina.

Desde 1973 hasta 1979, trabajo como médico especialista en diferentes salas del Hospital Provincial Docente Clínico Quirúrgico de Villa Clara, impartiendo al mismo tiempo clases de Farmacología y Medicina Interna.

En el año 1979 me nombran Subdirector Docente del Policlínico Docente “Marta Abreu” ocupando al mismo tiempo la plaza de profesor de Medicina Interna de dicho centro. En el año 1980, soy promovido a Director del Policlínico Docente “Marta Abreu”, continuando junto a esa responsabilidad, la de seguir impartiendo clases de Medicina Interna y Farmacología en el Instituto de Ciencias Médicas.

En el año 1983, soy trasladado al Instituto Superior de Ciencias Médicas de Villa Clara (ISCM VC), para ocupar el cargo de Profesor Principal de la asignatura de Farmacología. Continué este tiempo impartiendo clases de Medicina Interna en los hospitales clínicos quirúrgicos docentes de Villa Clara y el Hospital Militar de Santa Clara.

En 1989 fui nombrado Decano de la Facultad de Medicina del ISCM VC.1

Lógicamente, la dedicación total y por muchos años al magisterio, le permitió al Dr. Luis Manuel Martín compartir profesionalmente con generaciones completas de buenos médicos, aspecto que contribuyó positivamente a su formación y consagración, y por el que recibió con justicia el reconocimiento de administrativos, funcionarios docentes, instituciones, organizaciones políticas y de masas, (estudiantiles y sindicales), incluso, uno del propio Ministro de Salud Pública, el 9 de enero 2004 “Por haber alcanzado la Condición de Profesor Consultante” y "Por los resultados relevantes de su trabajo durante su fructífera vida como maestro de varias generaciones de profesionales de la salud".1 No pudo disfrutar de ese momento porque había fallecido 3 días antes, 6 de enero de 2004.

Para comprender en toda su magnitud e ilustrar mejor su vasta y fructífera labor como docente, necesariamente hay que remitirse a las evaluaciones profesorales que hicieran sus jefes de departamentos: Dra. Carmen Garrido Arce, Dra. Josefina Álvarez Torrens, Dr. José Francisco Martínez Delgado y el Dr. Gerardo Álvarez Álvarez. Estos documentos constituyen una fuente histórica en el camino de completar el estudio de la vida y obra del Dr. Luis Manuel Martín y ubicarlo con justicia en el lugar que ocupa en la historia de la docencia médica de la región central y la salud pública cubana.

De las 15 evaluaciones registradas desde 1988 hasta el 2003, en 11 obtuvo la categoría de Excelente, en 3 de Bien, y 1 de No evaluado (1992-1993) por no haber trabajado el 70 % de los días a laborar. Las ausencias tuvieron como causa un infarto sufrido y la realización de una intervención quirúrgica para su revascularización. Después de recuperarse, continuó trabajando. Sobre su desempeño laboral, escribió:

Por enfermedad, la comisión médica decide liberarme del Decanato en 1992 y actualmente imparto clases de Propedéutica y Medicina Interna en el Hospital Clínico Quirúrgico y soy profesor de Farmacología en el Instituto Superior de Ciencias Médicas de Villa Clara.” 1

En este período se incorporó además a la preparación de un curso de postgrado internacional sobre plantas medicinales, y desarrolló sus actividades asistenciales. Su elevada profesionalidad y sentido de la responsabilidad no le permitieron descansar todo el tiempo que su deteriorada salud reclamaba, prefirió sentirse útil a la sociedad hasta el último instante de su vida.

El análisis de los documentos revela la grandeza del profesor en sus múltiples funciones dentro del claustro, descrita por cualquiera de los autores, de forma clara y en abierta exaltación de la figura, como por ejemplo:

  • Excelente profesor principal de la asignatura Farmacología II. Su labor con respecto a la vinculación básico-clínica (de los farmacólogos a las salas de Medicina) se evalúa como entre los mejores del país, a partir de la presentación de un trabajo científico-metodológico del colectivo sobre esa temática, el cual fue seleccionado para exponerse en un taller nacional.
  • Excelente labor con los residentes, recibió felicitaciones por su trabajo en la orientación vocacional, es exigente y disciplinado, desempeña una labor integral como trabajador docente, asistencial y en cuanto a su actividad política como militante del PCC y labores del sindicato.
  • Imparte docencia a sus grupos con gran calidad, [...] participa activamente en los pases de visita docentes asistenciales, apoya a otras instituciones como al Hospital Militar, su trabajo docente educativo es  excelente. Constantemente visita la residencia estudiantil y es preocupado por los estudiantes con dificultades en los diferentes escenarios docentes, a los que brinda ayuda según sus posibilidades.

Debe señalarse además que la labor del Dr. Luis no se adscribió exclusivamente a los aspectos señalados, combinó sus altas responsabilidades de Decano de la Facultad de Medicina con otras funciones: impartía docencia, participaba con su experiencia en la realización de controles a clases y discusión de actividades metodológicas. Fue profesor de tiempos electivos, tutor de tesis de su especialidad y trabajó por la aplicación de los principios de la educación comunista vinculando la teoría con la práctica.

Fue un ejemplo en cuanto a relaciones interpersonales, sus alumnos y compañeros de trabajo tenían buenas opiniones al respecto. Estaban basadas en el respeto mutuo y la exigencia. En su personalidad se integran el docente, médico y revolucionario, siempre dispuesto a ofrecer su ayuda. Trabajó durante 15 días en la agricultura, y recibió un reconocimiento de la CTC por la labor y actitud ante el accidente ferroviario ocurrido en las cercanías de Santa Clara el 6 de abril de 1991.

Existen igualmente otras cualidades descritas por sus evaluadores:

  • Mantiene excelentes relaciones médico-paciente y médico familiares.
  • Es admirado por sus estudiantes en su actividad como educador basada en los principios de la ética médica socialista, es combativo y receptivo a la crítica al erradicar los señalamientos que se le realizan.
  • Posee un alto nivel científico que le permite impartir una docencia con calidad y maestría pedagógica, logra la motivación en los estudiantes a través de la activación del proceso cognitivo.
  • Cumple con los principios de la ética médica y trasmite estos principios a sus educandos.
  • El docente es ejemplo de disciplina y laboriosidad, goza de elevado prestigio profesional y muestra una total consagración al trabajo, lo cual influye notablemente en la formación integral de los estudiantes.
  • No es ausentista, es extremadamente puntual y disciplinado.
  • Muestra un continuo interés en la autosuperación, a pesar de ostentar el título de Doctor en Ciencias. Es muy receptivo para la transmisión de conocimientos a sus compañeros mediante la ejecución y colaboración en conferencias, talleres, mesas redondas, etc.

El Dr. Luis Martín es digno por la admirable actitud que mantuvo ante las enormes dificultades que tuvo que afrontar, sobre todo en los últimos años de su vida. Existen dos frases conclusivas dentro de estas evaluaciones (una de la Dra. Carmen Garrido Arce y la otra del Dr. Gerardo Álvarez Álvarez) que caracterizan de forma magistral la esencia de este eminente profesional:

“Docente que se destaca de la generalidad por el cúmulo de actividades desarrolladas y la calidad de las mismas”

“Su nivel de exigencia y disciplina, y su carisma personal lo hacen acreedor, conjuntamente con su elevado nivel científico, de un gran prestigio dentro de la masa estudiantil y el resto de los trabajadores y colegas.”

Investigaciones y cursos

Gran diversidad de temáticas estuvieron desarrolladas en las investigaciones del Dr. Luis Manuel Martín. Medicina Interna, Farmacología, Pedagogía, Metodología, Ética, Psicología, Historia, Medicina Tradicional y Dirección fueron las más recurrentes pero no las únicas en la incansable actividad de este magnífico investigador.

La constante superación era una máxima para este hombre que siempre se manifestó ávido para el conocimiento. En los primeros 20 años de su carrera se han registrado casi una veintena de cursos recibidos de una amplia variedad de temas con carácter institucional, provincial y nacional del MINSAP y el MES, y otros, específicamente relacionados con la Farmacología: aspectos que de forma general consolidaron al médico, profesor, político y dirigente administrativo.

La búsqueda de información, el estudio autodidacta, el aprovechamiento eficaz del tiempo en su preparación le permitió superar y brillar posteriormente en  la enseñanza de lo aprendido.

Más de 30 cursos impartió desde 1980 hasta 2002, a los diferentes niveles: institucional, municipal, provincial, territorial, nacional e internacional, de los cuales se consideran estos dos últimos como los de mayor relevancia  por representar, con ellos, a la medicina revolucionaria cubana, aunque con todos los demás contribuyó positivamente en la formación de los profesionales de la salud en la región.

Eventos

Entre la información recopilada que permite hacer un análisis más completo de las diversas facetas profesionales del Dr. Luis Manuel Martín está sin lugar a dudas su participación en más de 90 eventos científicos. Varias aristas se ponen de manifiesto en este enorme cúmulo de información.

La innata vocación educativa lo ubica en un lugar privilegiado con sus pupilos en las jornadas y forum científicos estudiantiles a los diferentes niveles: departamentales, institucionales, provinciales y nacionales en calidad de asesor, presidente de tribunal, vocal, jurado, etc.7

Participó en más de 30 años en eventos científicos desde la base hasta el nivel internacional lo que le permitió estar en la legión de fundadores o pioneros de jornadas, seminarios, reuniones, congresos, talleres y conferencias de diversas instituciones.

Particularidades del hombre

Su esposa, compañera de la vida, lo describe como un hombre muy exigente sobre todo con él mismo, excelente esposo y padre, sin horario para el trabajo. Planteaba que la decisión más importante que tomó en su vida fue la de ser médico y consideraba que no tenía vocación para otra cosa. El amor a la Medicina fue el estímulo que lo inspiró y le permitió lograr los éxitos que obtuvo en su fructífera vida profesional. 

A este excepcional hombre le gustaban los nardos, los tonos carmelitas, el ballet y la poesía, el béisbol y el baloncesto.3  Era pulcro en el aspecto personal, disciplinado, colectivista y afable, cooperador constante, reflexivo y receptivo ante la crítica.
Se integró a las actividades de la defensa y cumplía disciplinadamente las tareas que se le asignaban, se superaba políticamente para sustentar los sólidos argumentos que emitía a compañeros, subordinados, estudiantes y familiares. Su alta calificación científica y docente (Doctor en Ciencias Médicas, Especialista de Segundo Grado en Medicina Interna, Especialista de Primer Grado en Farmacología y Profesor Titular) lo destaca entre lo más selecto de la Medicina en la región central, mérito que le posibilitó desarrollar diversas y complejas responsabilidades como: miembro activo en los tribunales estatales de la especialidad tanto de Medicina Interna como de Farmacología, de I y II Grado, tribunal de exámenes de maestrías, y jurado experto en congresos Internacionales.

Su condición de fundador de la docencia en la Facultad de Estomatología del ISCM-VC, de las Comisiones Permanentes de la Asamblea Provincial del Poder Popular de Villa Clara, la Comisión Provincial de Atención al Paciente Asmático y la Sociedad Epidemiológica Hospitalaria, lo convierten en un patricio en la provincia de Villa Clara.
Su militancia comunista desde 1979, los cargos administrativos, docentes y políticos le permitieron el reconocimiento sincero de muchos:7 Premios para un Maestro (PUM), la más alta distinción que otorga la Federación Estudiantil Universitaria a sus profesores; la condición Maestro Incansable y Científico y Tenaz, A Nuestro Mendive y Premio a la Excelencia Académica Revolucionaria que concede también  la mencionada organización. Fue Vanguardia Nacional en el curso 1988-1989, obtuvo el Premio Anual de Salud en 1998, y Mención en 1999 y fue reconocido como Maestro de la Calidad en los Servicios de la Salud en el 2002 y el 2003.

El Dr. Luis Manuel Martín García falleció el 6 de enero de 2004. Dejó un importante legado a la medicina revolucionaria cubana, a sus profesionales y estudiantes que lo erigen, por derecho propio, como paradigma de este sector.


*Se respeta la redacción del biografiado.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Autobiografía del Dr. Luis Manuel Martín García. Expediente de Cuadro. Santa Clara: ISCM-VC “Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz”; 2003.
  2. Cantón Navarro J, Duarte Hurtado M. Cuba: 42 años de revolución. Cronología histórica 1959-1982. La Habana; 2006.
  3. Personalidades mèdicas [Internet]. Santa Clara: Infomed Villa Clara; 2010 [citado 3 Ene 2011]. Disponible en:
    http://personalidades.vcl.sld.cu/
  4. Expediente de Cuadro del Dr. Luis Manuel Martín García. Certificación de notas. Santa Clara: ISCM-VC “Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz”; 2003.
  5. Encuentro Nacional del Servicio Médico Rural. En: Documentos. Santiago de Cuba; 1982. p. 13-6.
  6. Fabero Rodríguez W. Material de apoyo a la docencia. Dr. Ricardo Jorge Oropesa. Un precursor de la docencia médica en Cuba y Latinoamérica. Santa Clara: ISCM-VC “Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz”; 2006.
  7. Fabero Rodríguez W. Dr. Luis Manuel Martín García. Paradigma de los nuevos profesionales de la salud que se forman en Cuba. Santa Clara: UCM-VC “Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz”; 2008.

 

 

Recibido: 26 de abril de 2011
Aprobado: 3 de mayo de 2011

 

 

Wirson Fabero Rodríguez. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. “Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz.” Cuba. Email: wirsonfr@ucm.vcl.sld.cu



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