Santa Clara sep.-dic.
ORIGINAL
Hacia una concepción desarrolladora en la calidad de la evaluación del aprendizaje. Propuesta de Manual
Towards a developing conception in the quality of learning assessment. A booklet proposal
Adriana Lucia Pérez CárdenasI; María Esther Hernández PérezII; María Caridad de Rojas GómezIII; Idanelys González PascualIV
I Licenciada en Psicología. Máster en Psicopedagogía. Asistente. Facultad de Tecnología de la Salud. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba.
II Licenciada en Psicología. Máster en Psicopedagogía. Asistente. Facultad de Tecnología de la Salud. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba.
III Licenciada en Psicología. Máster en Ciencias de la Educación Superior. Profesora Auxiliar. Facultad de Tecnología de la Salud. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba.
IV Licenciada en Psicología. Instructora. Facultad de Tecnología de la Salud. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba.
RESUMEN
Las actuales demandas de la educación superior precisan de enseñar a pensar a los estudiantes, lo que transforma la toma de decisiones pedagógicas en los profesores. Se realizó una investigación en el Politécnico de la Salud villaclareño, donde se caracterizó el acontecer de las prácticas evaluativas de los docentes y su influencia en el aprendizaje y desarrollo personal de los estudiantes, lo que sirvió de base en la elaboración de un manual para transformar las prácticas evaluativas de los profesores, con un contenido teórico actualizado y didáctico que incluye actividades prácticas que permiten la reflexión, el autodidactismo, autoevaluación y su utilización en actividades metodológicas en diferentes carreras y departamentos de la Facultad, motivándolos a modificar sus prácticas evaluativas. Este documento ha sido socializado en actividades metodológicas y eventos a diferentes niveles y escenarios de la educación superior.
Palabras clave: Prácticas evaluativas, enfoques de aprendizajes, modalidades de evaluación, técnicas de evaluación, demandas educativas, evaluación del aprendizaje.
ABSTRACT
The current demands of the higher education need to teach the students to think, which make transformations in the pedagogical decision taking on the part of the professors. A research work was carried out in the health Technology faculty in Villa Clara, where the professor’s assessment activities were characterized and the learning and personal development of the students as well. On these bases a booklet was elaborated to transform the assessment practices of the professors, having updated theoretical and didactic contents which allow a reflexive knowledge, self-learning, self-evaluation and its usage in methodological activities in different departments and careers of the faculty, motivating them to modify their assessment practices. This document has been discussed in methodological activities and events at different levels and scenarios of the higher education.
Key words: Assessment practices, learning approaches, assessment modalities, assessment techniques, educative demands, learning assessment.
INTRODUCCIÓN
“...y pensamos que no hay mejor sistema de educación que aquel que prepara al niño a aprender por sí. Asegúrese a cada hombre el ejercicio de sí propio”.1
“La búsqueda de la excelencia en la educación superior es una exigencia actual que compromete a todos aquellos implicados en las tareas educativas y a todos los ámbitos, facetas y componentes del proceso de formación de los futuros profesionales”.2 En el proceso de formación del hombre nuevo, la educación le presta un particular interés al proceso de enseñanza aprendizaje el cual está sujeto a cambios, en correspondencia con el desarrollo histórico social y en gran medida por la revolución científico técnica, por esa razón los educadores deben enfrentar el reto de llevar a niveles óptimos la actividad de aprendizaje de los estudiantes, que implica la construcción del conocimiento, desarrollo de habilidades y formación de actitudes, donde al evaluar su desarrollo, deben hacerlo sobre la base de concepciones constructivistas, en la que el profesor se convierta en un facilitador de los aprendizajes de los alumnos, capaces de movilizar sus recursos personales en relación con su contexto y haciendo uso de herramientas intelectuales y sociales para responder adecuadamente a las demandas crecientes de la práctica, para lograr un aprendiz más autónomo y situado en el centro del proceso.
Sin embargo, esta intención supone trascender las prácticas educativas tradicionales que por tanto tiempo predominaron en las aulas del Instituto Politécnico de la Salud de Villa Clara, donde se desarrolló una investigación que permitió caracterizar las prácticas evaluativas de los profesores y su influencia en la calidad del aprendizaje de los estudiantes y de su desarrollo personal, debido al tránsito de esta enseñanza a la enseñanza superior. Como uno de los productos de esta investigación se elaboró un manual para transformar las prácticas evaluativas de los docentes, en correspondencia con las dificultades detectadas en el diagnóstico y desarrollo de este estudio y en consonancia con los nuevos retos que impone la enseñanza médica superior.
En consecuencia, este trabajo tiene como propósito caracterizar el manual para el mejoramiento de las prácticas evaluativas de los profesores de la Facultad de Tecnología de la Salud.
DESARROLLO
Para elaborar este manual se realizó una exhaustiva revisión bibliográfica sobre la evaluación del aprendizaje, y se emplearon métodos teóricos del análisis y síntesis, inducción y deducción, y métodos empíricos de revisión documental.
En un primer momento se realiza una aproximación histórica-teórica al problema de la evaluación.
Su concepción ha variado a lo largo del tiempo, desde una tradición examinadora de contenidos impartidos, hasta la inclusión en ella de otros aspectos educativos; a principios del siglo XX era considerada como una mera comprobación de la “eficacia” de lo que se enseñaba; y por tanto, una medida del rendimiento académico del estudiante, por lo que medida y evaluación se identificaban plenamente, lo que significa la inclusión de una información cuantificable sobre los sujetos donde quedan marginados otros componentes que intervienen en el proceso enseñanza aprendizaje. A partir de los años 1940 Tyler reconoce la “evaluación educacional” como un proceso, donde los objetivos son la base de la planificación o guía de los contenidos a desarrollar en las aulas, y su función fundamental está en la determinación del nivel de cumplimiento de los objetivos. Esta concepción, implica una modificación en cuanto a la forma en que se abordan los contenidos y sus respectivos resultados, todavía se concibe la evaluación como un medio para comprobar los objetivos previamente definidos por el profesor y aunque con ciertas transformaciones en el estilo de evaluar, no se evidencia en realidad un cambio radical del sistema de evaluación. Con los aportes de Cronbach en 1963, la evaluación se asume como un instrumento de gran utilidad para los profesores en la toma de decisiones durante el desarrollo del curso, y no solo al final, centrándola en el estudio de las características del programa y en la comunicación del resultado a todos los agentes involucrados en el proceso de enseñanza. Coincidiendo con este análisis se encuentra Stake en 1975 que además aboga por una evaluación pluralista, flexible e interactiva, luego en la propuesta de Scriven en 1967 se introducen los conceptos de evaluación formativa y sumativa, así como los de evaluación intrínseca y extrínseca,3 además considera los aprendizajes previstos y no previstos en el desarrollo del alumno.
En este momento se comienzan a utilizar indistintamente diferentes modelos descritos, concibiendo el modelo de la toma de decisiones como el inicio de un nuevo concepto de evaluación por su interrelación total entre ambos.
En los años 1970 comienza a prestarse una mayor importancia al proceso y al enfoque cualitativo, y desde esta perspectiva se plantea que la evaluación comprende la valoración de los procesos y resultados de una intervención cualitativa,4 donde se emplean procedimientos como la observación, entrevista, cuestionarios y análisis de documentos, entre otros.
Ello implica una posición más flexible, dinámica y compleja sobre la evaluación, lo que la convierte en un potente instrumento de investigación del profesorado, que le permitirá analizar, tomar decisiones e introducir modificaciones tendentes a mejorar y perfeccionar el proceso de enseñanza aprendizaje.
En este sentido, la evaluación se encamina hacia una valoración de los objetivos, métodos, procedimientos y resultados del aprendizaje y la implicación de los sujetos interventores, adquiriendo así un sentido totalizador, sobre la base de las circunstancias concretas en la que se desarrolla. Situados en esta comprensión holística, ecológica y contextual, se encuentran Macdonal (1971), Partetti y Hamilton (1972), Stufebean (1978), Commite (1981) y en 1986 Kemmis.
Surge además la meta evaluación (evaluación de la evaluación), de forma tal que la evaluación deja de ser una finalidad en la enseñanza y se convierte en un medio para modificar y mejorar constantemente el proceso docente educativo y permite la retroalimentación continua de todas las fases del proceso pedagógico: desde la evaluación inicial o diagnóstica, hasta la evaluación de los resultados.
Por tanto, la evaluación toma dimensiones éticas, políticas y sociales, es su finalidad la mejora de la intervención pedagógica, y facilita una toma de decisiones adecuada a las potencialidades reales de los alumnos (evaluación individualizada), y ofrece un valor predictivo desde una concepción formativa, que tiene en cuenta la multiplicidad de funciones que cumple. Resulta importante destacar que ante las múltiples clasificaciones existentes, algunos autores han optado por usar categorizaciones más genéricas”.5
El conocimiento de las necesidades educativas individuales genera acciones diversas, por ello la evaluación debe partir del propio estudiante, y proyectarse hacia el futuro; lo que significa adoptar como punto de partida las características de cada alumno, y partiendo de este criterio, concebirla como “un momento continuo de aprendizaje, no para comprobar lo que ya se sabe, sino como un momento de crecimiento en las habilidades y los conocimientos del alumno que sistemáticamente estimule su zona de desarrollo potencial. Esto implica emitir juicios de valor que sirvan para identificar potencialidades y debilidades, y que ellos se conviertan en información útil para la toma de decisiones,6 y legitimar al alumno como ser activo, volitivo e interactivo, cuyas expresiones actuales solo pueden ser comprendidas desde la compleja trama de sus interacciones y significado relevante.
Luego, la evaluación debe ser concebida como una valoración de los cambios cualitativos con relación a qué se aprende y cómo se estructura el conocimiento sobre la base de un análisis interno–comparativo de los conocimientos del sujeto y no desde la evaluación certificada externa, por lo que su carácter debe ser procesal y continuo, estableciendo la necesidad de emitir un juicio de valor al respecto: “no solo evaluamos algo, sino también evaluamos para algo”.7 Por tanto, los desafíos actuales en materia de educación superior imponen la necesidad de transformar la forma de concebir la evaluación educativa y en particular la del aprendizaje de los estudiantes.
Este tema ha sido objeto de estudio por parte de investigadores de numerosos países, abordando lo conceptual y metodológico, y sus efectos y consecuencias, entre los que se puede citar Bruner (1983), Ausubel (1968), Monereo (1999), Gimeno (1999), Clareana Palma y Pérez Cabaní (1994), Carretero (2000), Tyler (1949), Cronbach (1963), Scriven (1963), Coll y Martín (1996), Rosales (2000), los cuales comparten el criterio de que la evaluación del aprendizaje puede ser una vía para una mayor autonomía, puesto que la evaluación se convierte en fuente para elevar el nivel de aprendizaje de los estudiantes. Por ello, la calidad del claustro en estas instituciones, se ha convertido en un mecanismo poderoso para modificar conductas en la organización de quienes las integran, para obtener mejores resultados en los procesos enseñanza y aprendizaje, promover y establecer la cultura de la evaluación en todos los ámbitos de su quehacer, y de esta forma enfatizar en la necesidad de trabajar por la formación y desarrollo de competencias profesionales, considerándolas como “…construcciones complejas de saberes y formas de acción que permiten responder inteligentemente en diversas situaciones y distintos ámbitos”.8
Sin dudas, el docente debe conocer los saberes que la constituyen, y cómo los alumnos se apropian paulatinamente de ellos, de manera que sirvan de guía en la evaluación del desempeño profesional, teniendo siempre presente que estos conocimientos se desarrollan en la acción, en circunstancias específicas, e involucran diferentes capacidades para el desempeño profesional, y por lo tanto, suponen la puesta en juego de una escala de valores que las dota de sentido según cada contexto específico.9
En Cuba también se ha incursionado en esta temática investigativa en busca de su mejora, partiendo de considerar la evaluación “como un proceso interactivo cada vez más personalizado y democrático, donde se comparten las responsabilidades entre profesores y alumnos con la adquisición de dimensiones internas cualitativas que integren conocimientos procedimentales y actitudinales, sobre la base de que los alumnos emitan sus juicios, identifiquen potencialidades y debilidades, no solo de su aprendizaje, sino también de la enseñanza que reciben, de modo que sirvan para la toma de medidas sobre el aprendizaje individual (alumno) y reajustar el proceso de enseñanza (profesor)”.10
La enseñanza médica superior también estuvo en sus inicios sustentada en concepciones tradicionalistas, centradas fundamentalmente en el papel del profesor y donde la evaluación se consideraba como parámetro de medida de los conocimientos adquiridos, reflejando solo la función social de la evaluación que responde a la evaluación sumativa; sin embargo, las transformaciones en la implementación del nuevo modelo pedagógico y la universalización, reclaman de una enseñanza que promueva el aprender a aprender; donde los profesores deben formular estrategias pedagógicas centradas en el estudiante y a su vez dar un vuelco a las concepciones sobre evaluación, incluyendo la propia transformación de sus prácticas evaluativas, de esto se derivó, como uno de los productos de esta investigación, la elaboración de un material teórico y didáctico que permitiera garantizar una adecuada preparación, actualización y nivel de competencia de los docentes, para enfrentar las nuevas exigencias de la educación médica superior; pudo ser divulgado de forma digital, se encuentra ubicado en el ftp de la Facultad de Tecnología de la Salud de Villa Clara para facilitar su acceso en diferentes Sedes Universitarias Municipales (SUM) y un ejemplar impreso en la biblioteca, para que sea usado en actividades metodológicas de los diferentes subsistemas o niveles organizativos del trabajo metodológico en el proceso docente educativo, para su posterior aplicación en las diferentes formas de organización docente de los perfiles y/o carreras de la mencionada facultad.
Principales características del manual
Está compuesto por tres capítulos relacionados con la temática de evaluación, abordada de forma didáctica, y actualizados sus aspectos conceptuales, teóricos e históricos:
Capítulo I: Brinda una información actualizada sobre las tendencias que acerca de la evaluación han sido trabajadas desde los principios del siglo XX hasta las más cercanas al contexto histórico cubano.
Capítulo II: Define aspectos esenciales sobre evaluación, a través de preguntas que los van delimitando, pero de forma interactiva, para lograr su mayor comprensión.
Capítulo III: Sugiere actividades de acuerdo con los diferentes aspectos que se tratan en el capítulo II, para reflexionar, ejercitar y comprobar los conocimientos acerca del tema expuesto en el trabajo, útiles en el perfeccionamiento de las prácticas evaluativas de los profesores que lo utilicen en correspondencia con los cambios estructurales y de contenido que lleva implícito el proceso de enseñanza y aprendizaje en la enseñanza médica superior.
Este manual, además de recoger lo más actualizado sobre la problemática, se considera novedoso por abordar los contenidos de una nueva forma, para hacer más asequible este tema tan controvertido y fundamental en la preparación de los profesores; aunque va dirigido a la enseñanza superior, puede ser utilizado en cualquier tipo de enseñanza, tanto de manera individual como en colectivos de asignaturas, cátedras y departamentos, a través de actividades metodológicas o de autopreparación del docente. También permite el autoperfeccionamiento profesional al conocer o enriquecer los conocimientos sobre el tema y, por ende, lograr las transformaciones de sus prácticas evaluativas, en correspondencia con el proceso enseñanza aprendizaje de la educación superior.
El manual ha sido utilizado en actividades metodológicas a nivel de Facultad de Tecnología de la Salud, departamentos y disciplinas con una buena y favorable aceptación por los docentes.
Entre sus ventajas se encuentran:
- Sirve como material de apoyo que permite al profesor conocer elementos teóricos esenciales sobre evaluación.
- Las actividades que se proponen para que los profesores la desarrollen de forma individual y/o colectiva, les permiten, además de reflexionar acerca del tema, comprobar la asimilación de los aspectos que sobre evaluación se proponen y en consecuencia poder transformar sus prácticas evaluativas.
- La organización de este material permite un adecuado conocimiento que va desde lo teórico general a lo concreto particular posibilitando la actualización en temas pedagógicos como parte de la autosuperación de los profesores.
- Su utilización es factible para cualquier profesor de cualquier especialidad tanto en actividades docentes metodológicas, colectivas como individuales.
- Puede, por tanto, generalizarse a otros sistemas de enseñanza.
- Por la forma en que está diseñado el manual los ejercicios se pueden utilizar de forma independiente.
- El manual se encuentra abierto a las sugerencias de nuevas actividades acerca del tema.
CONCLUSIONES
El manual permite transformar tanto las concepciones de los docentes acerca de la evaluación como la modificación de sus prácticas evaluativas acorde con las exigencias de la enseñanza médica superior. Sus actividades tienen un carácter integrador, interactivo, didácticamente organizado y actualizado sobre las concepciones de evaluación del aprendizaje.
Constituye una herramienta eficaz en el sistema de trabajo metodológico planificado y utilizado en los diferentes niveles organizativos del proceso docente educativo. Por la forma en que se organizó permite un adecuado conocimiento que va desde lo teórico general a lo concreto particular posibilitando la actualización en temas pedagógicos como parte de la autosuperación de los profesores.
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Recibido: 6 de junio de 2012
Aprobado: 28 de julio de 2012
Adriana Lucía Pérez Cárdenas. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba. E mail: adrianapc@ucm.vcl.sld.cu
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